Las hélices para drones son una de las partes fundamentales de un dron, ya que son las piezas que permiten la sustentación y con ello que el dron pueda mantenerse en el aire.
Las hélices de un dron tienen una forma concreta, si realizamos un corte transversal podemos apreciar una forma muy similar a la de las alas de los aviones. Esta forma se denomina perfil aerodinámico.
Podríamos diferenciar cuatro partes en una hélice:
Gracias al giro ocasionado por los motores, el perfil aerodinámico de las hélices se enfrenta a una corriente de aire que, igual que en las alas de un avión, genera una sobrepresión en la parte de abajo (o intradós) y succión en la parte de arriba (o extradós). La resultante es la fuerza de sustentación, que permite mantener al dron en el aire.
Los tipos de hélices se pueden diferenciar por tres factores que detallamos a continuación: la forma del extremo de la pala, el número de palas y su material.
Las hélices de tres palas son las más comunes para un dron de carreras ya que ofrecen un balance entre control y velocidad. Si quieres una mayor velocidad punta, deberás coger hélices de dos palas. Sin embargo, si lo que necesitas es una mejora del control del dron, es mejor usar hélices de cuatro palas.
En cuanto al resto de características, deberán ser hélices puntiagudas y sobretodo, de fibra de carbono para que con altas velocidades no se lleguen a deformar.
Las hélices son la fuente de sustentación del dron. Si un dron no tiene hélices, necesita otra forma para mantenerse en el aire. Hay drones con pequeños reactores que consiguen generar ese empuje.
Otro tipo de drones que no utilizan hélices para mantenerse en el aire son los drones de ala fija. Estos drones mantienen un vuelo estable gracias a que aprovechan las corrientes de aire planeando mediante sus alas.
Este tipo de drones ofrecen ciertas ventajas con respecto los drones de ala rotatoria. Presentan una mayor autonomía, tienen una buena estabilidad y en caso de un fallo en la potencia del motor, tiene una recuperación más segura. Por su parte, las desventajas son una peor maniobrabilidad y la mayoría no pueden hacer despegues y aterrizajes en vertical.
Para los principiantes, existe la posibilidad de añadir protectores para las hélices. Estos son unas pequeñas extensiones de plástico que evitan que las hélices contacten directamente con cualquier objeto reduciendo la posibilidad de romperse con un impacto. Es muy recomendable utilizar este tipo de protectores cuando volamos un dron por primera vez o cuando ya tenemos cierta destreza, pero vamos a volar cerca de obstáculos.
Poner las hélices de un dron no es tarea complicada. Lo primero que hay que hacer es identificar el sentido de giro de cada motor. Para que un dron sea estable, unos motores girarán en un sentido y otros en otro. Para averiguarlo, revisa alguna indicación o marca en los mismos o dirígete al manual del fabricante.
Una vez identificado el sentido de giro de los motores, hay que elegir la hélice correcta. Para ello identifica el borde de ataque y el borde de salida de la pala y ten en cuenta que el aire tiene que entrar por el borde de ataque.
Es habitual que por cualquier circunstancia alguna de las hélices del motor se rompan o deterioren tanto que sea necesario cambiarlas. Es recomendable dirigirse al manual del fabricante para seguir los pasos para ello.
Hay dos tipos de drones según el montaje de las hélices. Por un lado, los que las llevan aseguradas mediante una tuerca o tornillo; y por otro lado, los que llevan un sistema para poner y quitar las hélices fácilmente sin necesidad de utilizar otras herramientas.
Los drones de la marca DJI, por ejemplo, llevan un sistema para quitar y poner las hélices fácilmente en la mayoría de sus modelos.
En el caso de ir con una única tuerca o tornillo hay que prestar atención al sentido de la rosca o si debería de llevar auto-blocante para evitar que se afloje en vuelo.
Existen varios motivos por los que se deberían cambiar las hélices de un dron, el más común es el de pequeños impactos. Durante el vuelo, podemos realizar tomas más arriesgadas y puede que las hélices choquen con elementos que puedan dañarlas, por ejemplo, las ramas de los árboles.
Antes de cada vuelo se debe realizar una inspección visual de las hélices y comprobar que no están dañadas, que están en la posición correcta y apretadas. En el caso de encontrar cualquier anomalía estas deberán de ser cambiadas, ya que un fallo en vuelo puede provocar que el dron se caiga.
Son múltiples los motivos por los que una hélice puede que no gire. Para saber el motivo se debe hacer una comprobación de varios factores:
El número de hélices de un dron dependerá del número de motores que tenga y por lo tanto del número de brazos. Podemos encontrar tricópteros, cuadricópteros, hexacópteros o incluso octocópteros. Es habitual encontrar drones con motores coaxiales, es decir con dos hélices y motores por cada brazo, un motor mirando para arriba y otro para abajo. En este caso, un cuadricóptero con motores coaxiales tendrá ocho motores y por lo tanto ocho hélices.
Para que un dron sea estable y el par esté compensado, unas hélices tienen que girar en un sentido y otras en otro. El manual del fabricante nos puede dar esa información. En los cuadricópteros de fabricación casera, lo normal es que viendo el dron desde arriba, los motores de adelante a la izquierda y atrás a la derecha giren en el sentido de las agujas del reloj y los otros dos al contrario.
El tamaño de las hélices determinarán el tamaño final del dron más que cualquier otra parte del mismo. Las más comunes suelen ser las de 5", o sea, unos 12cm aproximadamente.
En definitiva, tenemos que tener muy en cuenta qué tipo de hélices montamos en nuestro dron, la forma correcta de hacerlo y que siempre estén en un estado óptimo, con ello evitaremos sustos durante el vuelo de nuestro dispositivo.